Había una vez un rey muy conocido en un país exmonárquico invitó a Quino a visitar su palacio.
Cuando llegó Quino en la mañana rápidamente se puso su bata ya que recién se levantaba y saludó a su visitante.
Rey: Pase por aquí. Mire en este cuadro está mi bis abuelo el Rey Fernando I.
Quino se quedaba pensativo sin decir nada.
Rey: Aquí puedes ver a mi abuelo Rey Fernando II muy apuesto, con tanta riqueza entre joyas, vestimenta con la más cara tela.
Quino sólo miraba al hombre y lo seguía en el recorrido. Finalmente le señaló con la mano la pared y dijo -Éste es mi padre el Rey Fernando III quien me dejo este palacio que como usted verá es sólido, fuerte y muy productivo.
Quino tuvo una actitud incómoda ante aquel rey que vivía en un palacio en una enorme decadencia y el hombre sólo imaginaba estar viendo el cuadro de sus ancestros.
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